¿Qué tienen en común el periférico Raúl López Sánchez, el Boulevard Miguel Alemán y el Boulevard Torreón-Matamoros? Por lo menos, cada semana hay un accidente vial. Tan solo, en los últimos tres días se han registrado 7 accidentes en la ZML y entre las principales causas mencionadas en las noticias están:

 

  • La falta de precaución, que puede incluir acciones como no respetar las señales de tránsito, no mantener una distancia segura entre vehículos y no estar atento a las condiciones del camino. 
  • El exceso de velocidad, que reduce el tiempo de reacción ante cualquier imprevisto, aumentando la probabilidad de accidentes graves, y 
  • La ingesta de alcohol, que afecta la capacidad de reacción y juicio de las y los conductores. 

 

En la actualidad, la movilidad en La Laguna se ha convertido en un clásico problema de “papa caliente” donde se evita asumir la culpa, es decir, el objetivo es evadir la responsabilidad entre actores sociales y por lo tanto no hay una solución real del problema.

 

Esto resulta irónico porque las ciudades están pensadas para los automóviles, carriles más anchos, rutas viales más largas y las consecuencias de esto, es un crecimiento urbano horizontal, segregación de viviendas y los altos costos de infraestructura en vialidades, congestión vehicular, aumento en tiempo y costo de traslado y contaminación del aire, por mencionar algunas.

Los problemas de movilidad inician desde la ejecución de proyectos, leyes, normas, gestión y acciones que omiten actores involucrados o no se asignan responsabilidades claras y transparentes.

Por lo que pensar en ¿Quién tiene la culpa? es alimentar el juego de la papa caliente, nadie quiere tener la culpa absoluta de un problema tan grande y nos lleva a perdernos entre quién debería y no en las soluciones. Porque al final de cuentas este es un problema multiactor. 

Pero, la movilidad no debe ser considerada como un problema, es un derecho y debe ser un beneficio que nos permita a todos, llegar a nuestros trabajos, lugares de ocio, de educación, etc. Desde Metrópoli identificamos que hacen falta estructuras institucionales con un régimen normativo que garantice, en este caso, la planificación de la movilidad, en donde se implementen desde programas de capacitación, seguridad vial, mecanismos de regulación y control, comunicación permanente entre las instituciones y la sociedad organizada para supervisar y acompañar los procesos de evaluación y seguimiento.

Por supuesto que la movilidad está estrechamente ligada al contexto político, por un lado, es necesario atender las demandas de movilidad motorizada, y por otro lado infraestructura sustentable que permita disminuir el impacto del crecimiento urbano.

Por eso resulta fundamental contar con criterios prioritarios de inversión y no ignorar las diferentes problemáticas como: pobreza, exclusión, contaminación ambiental, accesibilidad y seguridad vial; con el fin de garantizar una movilidad urbana sustentable.

 

Referencias

 

https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticias/accidentes-viales.html 

 

https://quivera.uaemex.mx/article/view/21879/17907