Autor: Patricia Vargas Bryan

En PC29 hemos construido nuestra experiencia como organismo de la sociedad civil principalmente en el municipio de Torreón y el estado de Coahuila, pero es innegable que el fenómeno de corrupción, y la necesidad de construir una ciudadanía más participativa y corresponsable, son inherentes a todos los municipios de nuestra zona metropolitana.

En este contexto, decidimos sumar esfuerzos junto a otras organizaciones sociales, empresariales y educativas para impulsar la campaña Metrópoli Laguna. En redes sociales, las cuentas de la campaña difunden información sobre temas fundamentales en los que, lamentablemente, los gobiernos municipales y estatales no han tenido la capacidad de coordinarse: transporte público, reglamentos, cuidado del ambiente, agua potable, etc.

Coordinarse para gobernar una zona metropolitana implica, invariablemente, el reconocimiento de que los otros municipios y la otra entidad, en el caso de La Laguna, son igualmente complejos e importantes. Mientras la supuesta superioridad económica de un municipio siga siendo el factor determinante para las relaciones metropolitanas, los obstáculos para diseñar y ejecutar planes comunes a todos, seguirán aumentando.

En un marco de coordinación horizontal entre autoridades municipales y estatales, se teme normalmente a la pérdida de facultades o autonomía de cada uno, para cederlas a espacios comunes en los que, seguramente, también existirán marcos regulatorios distintos.

Imaginemos que, para el diseño y construcción de una obra metropolitana (como un puente), los directores de obras públicas de dos o más municipios se vean obligados a colaborar con la misma voz y voto. En esta fantasía, podemos imaginar también que las administraciones a las que pertenecen provienen de partidos distintos, y que a su vez son distintos a los de sus gobiernos estatales. ¿En qué términos podrían desarrollarse las corruptelas tradicionales? ¿Qué acuerdos tendrían qué generarse para la contratación de proveedores? ¿Se verían obligados a funcionar como candados un director del otro, o encontrarían la manera de beneficiarse ambos?

Al participar en este proyecto de Metropolización, para PC29 es importante que se integre a esta visión el eje de gobernanza. Cualquier cambio de reglas en la dinámica metropolitana de La Laguna, deberá acompañarse de nuevos modelos de participación ciudadana sustantiva, que permitan también incidir en una reducción de los fenómenos de corrupción e impunidad.

Nunca más, en ningún ámbito de la vida política del país, debemos soltar las agendas ciudadanas. Nunca más, permitir que gobernantes y funcionarios tomen las decisiones que nos competen a todos, a puerta cerrada. La Laguna necesita coordinarse pero no desde la perspectiva del beneficio particular de un político o el interés cómplice de un empresario, sino desde la conciencia del cambio que beneficie a todas y todos los ciudadanos.

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