Autor: Edgar Salinas
La semana pasada se presentaron dos situaciones para la Comarca Lagunera que generaron pronunciamientos y solidarizaron voluntades desde la sociedad civil organizada, el empresariado y las autoridades locales, estatales y federales. Además de la reacción mediática.
La primera de ellas con motivo de las alusiones del ejecutivo federal a la principal actividad agroindustrial de esta región y, la segunda, por el lanzamiento de la campaña Metrópoli Laguna cuya intención pretende sensibilizar de la relevancia de la metropolización en La Laguna. Aunque en apariencia situaciones diferentes, en el fondo hay una conexión por el interés compartido: La Laguna y su prosperidad.
Hoy por hoy, cuando se habla de «La Laguna», «Comarca Lagunera», «laguneros», «laguneras» y hasta «gorditas», se hace principalmente desde una perspectiva urbana. Y eso tiene cierta lógica si consideramos al conglomerado urbano compuesto principalmente por Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, donde vive el ochenta y cinco por ciento de la población comarcana. En pocos años Matamoros formará parte de esa urbe (misma que ya integra como zona metropolitana) con lo que el fenómeno urbano y sus referentes idiosincráticos se consolidará.
Fueron las palabras del presidente de México las que colateralmente despertaron la memoria rural de esta región. Quien la conoce y la vive, sabe de su origen en el campo y de una práctica productiva agrícola que siempre se ha distinguido del resto del ámbito rural mexicano por su organización, aplicaciones tecnológicas según la época y logros productivos. Hoy no solamente es líder en producción lechera de vaca y cabra, sino melonera, carnes especializadas, pollo y huevo, sandía y nogal, algodón y tomate. Un campo bendecido por el Nazas y el Aguanaval. Y si una hora en auto no es nada, bendecida también por sus vinos.
Como ocurrió en la época de mayor crecimiento urbano y de la economía en México, el valor de la producción en el campo también propició el crecimiento urbano en La Comarca, primero en San Pedro de las Colonias y Lerdo, más tarde en Gómez Palacio y Torreón, lugares donde se asentaron las comercializadoras, bancos, oficinas, cadenas de maquinaria agrícola, etc. En la década de los setenta, estas dos últimas ciudades se transformaron en centros comerciales, pero también asiento de una producción industrial que actualmente es la de mayor importancia para el estado de Durango y la segunda para Coahuila.
De modo paralelo a la urbanización de lo lagunero, la vocación agroindustrial se consolidó. Más aún, de las primeras universidades en asentarse en la región estuvieron las especializadas en las ciencias del campo: la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro; el entonces Instituto Tecnológico Agropecuario (hoy ITT); la Unidad Regional Universitaria Zonas Áridas de la Universidad de Chapingo, y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Todavía en estas instituciones se concentra el mayor número de investigadores que La Laguna tiene en el Sistema Nacional de Investigadores.
El caso del ITA, hoy ITT puede ayudarnos como metáfora de la transformación hacia lo urbano e industrial de esta región, pero con su raíz firme en lo que el campo produce y alberga: más de trescientas mil personas y los liderazgos productivos que mencioné.
El ITA, allá por los noventa introdujo carreras de administración e informática. Una década que La Laguna vio crecer también en el número de empresas de ámbitos como el metal mecánico, maquilador y sus cadenas asociadas. Además de las carreras y posgrados en relación con el campo, el ITT ahora ofrece carreras de logística, informática y alimentos, para atender al entorno actual, como en el ámbito industrial lo ha hecho el prestigiado Instituto Tecnológico de La Laguna. Por cierto, a la par del crecimiento industrial y comercial, se dio el de universidades públicas y de gestión privada hoy congregadas en CIESLAG.
En este contexto urbanizado surge la campaña Metrópoli Laguna que con el deseo de sensibilizar sobre la realidad que caracteriza a la zona conurbada, sería un paso importante para profundizar en la coordinación metropolitana e interestatal para bien de la región. Un ejemplo exitoso de ello ha sido el trabajo en seguridad y el esquema de organización seguido por los tres niveles de gobierno.
En todos esto, me parece que hay un punto importante en la alusión del Presidente y que es el nombre del juego en este interés superior compartido que es La Laguna: se trata de avanzar hacia una prosperidad sostenible, como también lo han dicho diversos actores y empresas de la región, así como autoridades. Ese paso tanto en la producción agropecuaria como en la industrial urbana y su metropolización asociada lo debemos dar: o somos sostenibles o lo somos. No veo disyuntiva posible.
Twitter: @letrasalaire