Los titulares sensacionalistas y las simplificaciones mediáticas evitan la comprensión de situaciones complejas y generan conclusiones erróneas. En la región, la urgencia por llamar la atención acerca de algo ha provocado que la normalidad mediática y de ciertos actores sociales sea el uso y abuso del lugar común amarillista con tal de ganar el interés del consumidor de notas. El resultado social es una disminución en la capacidad crítica y de reflexión, así como un crecimiento en la militancia de consigna, generalmente perezosa para el pensamiento. Por esa vía, en lugar de impulsar sociedades informadas se contribuye a diseminar lugares comunes y una mezcolanza de opiniones a las que absurdamente se da tratamiento editorial de noticia por encima de la investigación.

 

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