Es incierto el panorama de inversiones en Torreón. No sólo no hay un programa estructurado de difusión y promoción de sus fortalezas establecido por las autoridades municipales. Tampoco un esquema de estímulos fiscales o facilidades en trámites para las empresas que se interesen en obtener información de la ciudad y su potencial. Torreón no cuenta siquiera con una Dirección de Desarrollo Económico con personal especializado ni presupuesto para “vender la ciudad”.

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