Las zonas metropolitanas de México constituyen gran parte del territorio urbano y un activo fundamental para el desarrollo económico y la competitividad del país. También enfrentan los mayores retos, debido a la complejidad de su ordenamiento político y territorial, para enfrentar problemas comunes como el deterioro del medio ambiente, la desigualdad social, la movilidad de personas y mercancías, así como el abastecimiento de agua potable, la seguridad pública y otros temas de interés urbano.