Para escribir esta colaboración me he detenido un par de días a observar a mis hijos, de seis y once años, en sus hábitos de esparcimiento y juego. Esa observación que se enmarca siempre en el contenido del sujeto que observa, en sus experiencias, lecturas, referencias más inmediatas, etc., me ha llevado a ligar el juego de mis hijos con ideas que comparten urbanistas sobre las ciudades y sus objetos, así como con algunos ejemplos de cómo transformar a La Laguna.

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