A lo largo de las últimas décadas vimos cómo los Gobiernos de Durango y Coahuila impedían por razones políticas, de su momento, unir esfuerzos para trabajar en La Laguna de forma integral. Cuando en los tiempos de los abuelos se hizo el club de golf Campestre Lagunero, ahora de Gómez Palacio, su ubicación se definió por ser equidistante de los centros de Lerdo, Gómez Palacio y Torreón. Esa visión se fue diluyendo a lo largo de los años por intereses de corto plazo y de concentración de poder en las capitales de los dos estados. Quizá el punto extremo fue la animadversión pública entre los entonces gobernadores Humberto Moreira e Ismael Hernández Deras.

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