Por Miriam González

El 23 de enero se celebra el Día Mundial de la Libertad, y desde la perspectiva de la gobernanza metropolitana el derecho a la libertad es fundamental porque sin ella no podría existir un consenso real, las decisiones horizontales entre el gobierno, el sector privado y la sociedad organizada serían imposibles. 

En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció por primera vez los derechos humanos fundamentales a través de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como un ideal común para todos los pueblos y naciones.  

El artículo 1 señala que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

La organización Freedom House que realiza investigaciones y promociona la democracia, la libertad política y los derechos humanos, cumple 50 años midiendo el grado de libertad de los países. En sus informes anuales clasifica los países con menor y mayor libertad en el mundo, asignándoles puntuaciones según los niveles de derechos políticos y libertades civiles en una escala de 0 a 100. 

De acuerdo con su último informe, en los últimos 17 años la libertad en los países ha descendido. El resultado general refleja que de los 195 países integrantes y observadores que forman parte de la ONU, 84 son libres, 54 son parcialmente libres y 57 no son libres. 

Para dicha organización, la libertad se mide por las categorías de libertad política y libertad civil. La libertad política se agrupa en 3 subcategorías: procesos electorales, pluralismo político y participación y el funcionamiento del gobierno. La libertad civil se agrupa en 4 subcategorías: expresión de libertad y creencia, derechos asociativos y organizativos, estado de derecho, autonomía personal y derechos individuales. Los países mejor puntuados pertenecen al norte de Europa: Suecia, Finlandia y Noruega con 100 puntos cada uno. Y en América Latina, el país con mayor puntuación es Uruguay con 96 puntos. 

Por su parte, México está calificado como un país medianamente libre y uno de los principales motivos es el ataque a la libertad de expresión. De acuerdo con el último reporte publicado por Reporteros sin Fronteras en 2023, México se clasifica como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Los tipos de ataques a la libertad de expresión en medios incluye: la persecución y la violencia extrajudicial a periodistas, la adopción de leyes que limitan la independencia en medios y la censura de medios críticos. 

Las instituciones gubernamentales son las encargadas de proteger y hacer valer la defensa de los derechos humanos, por ejemplo, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2023. El 10.4% de las personas de la ZML, considera muy efectivo el trabajo de los ministerios Públicos, el 6.8% considera muy efectivo el trabajo de la policía preventiva municipal y el 55% considera muy efectivo o algo efectivo el trabajo del ministerio público y procuradurías estatales. 

Dado lo anterior, el principal desafío para los gobiernos de la ZML es crear y fortalecer instituciones resilientes y eficientes que trabajen en la defensa de los derechos humanos en equipo con el sector privado y la sociedad organizada.